En la actualidad estudios acaban de señalar que existe una relación entre el acné y la dieta.
La premisa básica de la investigación es que el consumo de carbohidratos refinados y el azúcar es el último culpable de los problemas de muchas personas “con acné.
La teoría científica sostiene que cuando los hidratos de carbono y el azúcar se mezclan en el metabolismo, conducen a un aumento de la insulina y un factor de crecimiento similar a la insulina llamado IGF-1.
Este factor de crecimiento hace que a continuación, las hormonas masculinas, comiencen a producir en el cuerpo cantidades muchos mayores a las que debiesen hacer en un estado normal. Estas hormonas de crecimiento llevan directamente a un aumento de la cantidad de sebo producido.
El sebo es una sustancia grasa-como la que se puede observar se desprende por los poros. A la que la gente a menudo, describe como “la piel grasa”.
La sobreproducción del sebo, obstruye los poros y esta obstrucción causa, en última instancia, una acumulación de bacterias en los poros que no pueden escapar debido a que el sebo está en la salida.
Esto, por supuesto, tiene como consecuencia final el acné.
Esta explicación tan detallada de cómo y porque se produce el acné, podría resumirse en que simplemente: cuando usted consume carbohidratos refinados y azúcares, estos pueden agravar su problema de grasitud en la piel, tapar sus poros, y lógicamente desarrollar acné.
Así que, ¿cuál es la solución? No es de extrañar la respuesta, reducir los azúcares y carbohidratos refinados, (como dulces y pastas).
Estos alimentos nos proporcionan muy pocos nutrientes de los que necesitamos, mientras que nos proporcionan muchos problemas como los poros tapados
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